Cierta vez alguien me dijo: “Eres esa clase de amiga que necesito”; en ese momento de mi vida, lo deje pasar y me alegro mucho que esa persona fuera capaz de decirme que necesitaba de mi amistad…pero con el paso del tiempo me di cuenta de que eso no era así, que esa persona podría llegar a ser amiga de alguien mas y con eso llegar a no necesitarme. Darme cuenta de que nadie es indispensable y que las amistades que se fortalecen con el tiempo pueden llegar a acabarse por circunstancias, fue difícil…pero entendí que aunque resulte paradójico; te tardas toda una vida construyendo una relación y crees por eso que nada acabará con ello, pero resulta que basta un segundo para que todo termine…llegando al llamado Punto Muerto.
A partir de ese momento, soy más racional y un poco escéptica con el término “mejores amigas”, claro esta…no he dejado de confiar en la gente, de allí que prefiera tener amigas; para ayudarlas y servirles de apoyo cuando me necesitan, demostrarles el cariño y todo aquel amor maternal que algunos dicen que tengo.
Por otro lado he descubierto que no se puede tocar con una sola cuerda, Dios y la vida nos presentan personas que se traducen en oportunidades…para crecer y mejorar cambiar de rumbo y redireccionar nuestra existencia, ver la vida en forma distinta (ampliar nuestro horizonte); en otras palabras nunca llegaremos a ningún lado si estamos solos y no compartimos aquello que sabemos y sentimos con el mundo…lo importante de una bonita amistad no es cuanto dura…es lo que te deja.
